Miércoles Santo

HUMILDAD Y PACIENCIA

Como premonición a la Madrugá también quiso acoger en su casa a todos los hinojoseños que quisieron visitar al Señor de la Humildad y Paciencia. Renovada se presentaba su talla, de fondo observando sin perder detalle Nuestra Madre del Carmelo, y como argumentación una agrupación que con sus marchas daba ritmo a las oraciones de fieles y hermanos. La letra un Vía Crucis, una buena forma de querer acercarnos al cielo, de sinfonía una marcha: Cautivo en tu humildad, y para cerrar la estación de penitencia un templo abarrotado. En contexto a todo lo anterior un día frío y gris, de agua y viento, día perfecto para el recogimiento en la casa de Dios, día perfecto para hallar en el templo el Amor.
No queda fuera de horario las expresiones sentimentales que se dejaban ver tras los cubrerostros. Las lágrimas son la voz del alma, el Amor de Dios su pañuelo, y las circunstancias son las que eran, las que Dios quiso, y las que nosotros los cofrades amamos.

Muchos son los hermanos que se agolpan en la Iglesia del Carmelo para procesionar junto a unos de sus titulares, muchos son los que aguardan un año para verlos en la calle. Un año más tocará la espera ingrata. El mientras en su capilla reposa sereno aguardando ver en los bancos a quienes lo acompañan esa efeméride del año.

Un lazo negro adorna tu paso, algún hermano que se marchó, algún amigo que nos faltó, alguno de tantos que esperamos estén disfrutando de la verdadera vida, el cielo.

Las miradas al patio del limonero se hacen repetidas veces mas cuando el cielo amenaza  con lluvia.