ANIVERSARIO CAUTIVO

Este pasado Sábado a hombros de dos cuadrillas de costaleros, y al ritmo de sones de pasión hinojoseños, se plantaba en la calle el Señor de la Humildad y Paciencia. Su finalidad celebrar el XXV aniversario de su llegada a esta hermandad carmelita. Para que en la memoria quedase un recuerdo de tal día compuso Joaquín Nevado una marcha sobre el cautivo o también llamado por algunos "Silencio blanco".

Como nos acostumbra el tiempo, estos últimos años, cada vez que se procesiona toca mirar al cielo. Siendo el Verano en esta ocasión el mejor aliado de quien en la calle quiere ver al cautivo blanco, esta vez de morado.

Sale el cautivo "restaurado" de la nave central del convento carmelita hacia su pueblo. Siempre se le ha clamado Humildad y Paciencia para todos aquellos que le rezan, también llega el momento de ver los frutos de quienes apuestan por la vida de ser cristianos.

Debió de ser la noche del Sábado, noche de guerra y de paz después, de oración y adoración con sentido, de reencuentros y confraternización, de PERDÓN  y reflexión personal, de alegría por tantos milagros y esperanza para resolver "entuertos", de emoción por que el hombre es humano y de asumir responsabilidades  por que lo debe ser como hermano, de bendiciones desde lo alto y de correcciones por que son necesarias, de angustias por los nervios y paz que recompensa en algunos momentos. Todo debió de darse esa noche en nuestro pueblo si se dio o no no se dio se verá desde la Tierra hasta el Cielo, por que las obras del Amor verdadero no dejan una pequeña huella, sino que abren un largo sendero.